"La
contradicción es la raíz de todo movimiento y vitalidad; pues al
sólo contener una contradicción en sí, una cosa se mueve, tiene
impulso y actividad”
(Hegel,
Ciencia De La Lógica, p. 386)
Necesitaba
comenzar a escribir con una guía. La mía parecía haberla perdido
por los comienzos de una semana agitada. Estancarse pareciera ser la
forma de esperar que la vida a uno lo sorprenda. Esto es mediocre, lo
es. Es esperar sentando el colectivo sabiendo que caminando no solo
resolvería la necesidad de ir, sino también destruir lo estático.
Pero lo estático forma parte del movimiento. En él se encuentra lo
estático y justamente en esa unidad se llevan los cambios. En una
semana se aprendió lo que tardó un año de negación del
movimiento, pero ¿Qué es negar el movimiento? Reproducir los
factores sin alterar su contenido. Eso se terminó y arrancó algo
nuevo que en si mismo contiene una contradicción, que es portadora
de la misma, pero que a su vez ésta solo puede ser resuelta
viviendo.
Ella se
fue, increíblemente se fue. Parecía ser un muerto el cual
debía cargar a todas partes esperando que me muerda para poder
ser otro muerto-viviente. Ella se fue y ella apareció. La muerte de
un movimiento permitió la vitalidad de uno nuevo. Vivir esa
sensación es parte de lo que siento, es un gran aprendizaje. Estoy
vivo porque soy unidad que contiene sus propias contradicciones en el
movimiento de la vida.
Los
positivos solo pueden dar cuenta de los resultados que obtuvieron
métodos exitosos. Los negativos dan cuenta del error de los métodos
empleados. Ambos son presos de lo estático, o mejor partes
constituyentes de ese movimiento que es la vida que los contiene en
su desarrollo.
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