lunes, 9 de julio de 2012

Mil Casas

"Ahí afuera hay mil casas y ningún hogar"

La vida nos mueve. Nosotros al movernos nos impulsamos a vivir. Moviéndonos buscamos. Por momentos pareciera que la búsqueda de una palabra ubicada dentro de un cementerio de definiciones carece de vida, de existencia. Esa palabra fue parte de un momento onírico que simplemente nos deja ciegos por animarnos a dejar la caverna. Por animarse a moverse. A vivir. Por momentos parece que la búsqueda y la certeza de fallar en lo encontrado remiten a la experiencia. Esa experiencia de salir a caminar sin un rumbo. Pararse en lo más alto de una olvidada ciudad, ver como lentamente el crepúsculo da lugar a la fría noche. Como las miles de casas se encienden, y desde afuera se es espectador. Como quien observa ahí afuera mil casas y ningún hogar.